Un camino perfecto hacia la frustración es enfocarnos en lo que no depende de nosotros y este principio también se aplica a la vida en misión.
Si te enfocas en conectar desde el amor, sin presiones y siendo tú mismo, verás como el tema de la fe siempre sale a relucir. ✨
Cuando eso pase, deja que el Espíritu Santo se encargue del trabajo espiritual y tú enfócate en lo único que Dios quiere hagas: amar a otros como él te amó mientras compartes el evangelio. ☺
¿Te has sentido frustrado cuando alguien no responde como quisieras al mensaje de la fe? Cuéntanos tu experiencia. 👇