¿Te has preguntado por qué hay tanto liderazgos dentro de la iglesia que fracasan?

Cuando el corazón de las personas pasa a un segundo plano en nuestra forma de liderar, dejamos de producir mejoras en su condición. La autoridad y el control desmedido por “cumplir objetivos” crean una fricción en nuestras relaciones que no solo las daña, sino que aleja a los demás de Jesús.

En este video, el pastor Sebastian Franz, de Volviendo a la Esencia, te da tres consejos imprescindibles para evitar que estas cosas te pasen mientras lideras y puedas mantener relaciones sanas tanto con tu equipo de trabajo como con las personas que discipulas a diario.