Ser capaz de hablarle a la gente acerca de Jesús comienza con la oración, pero tal vez no de la manera que piensas.
A veces nos quedamos atrapados en una conversación unidireccional con Dios. Pero hay tres partes importantes de la oración que debemos recordar cuando vivimos “con una misión”.
La primera es entrar en la presencia de Dios. No importa dónde o cuándo lo hagas, ni siquiera cuánto tiempo, solo es importante que lo hagas. Puede ser tan simple como decir: “Estoy aquí, Dios, te amo, ¿cómo quieres usarme hoy? Y luego, a través de la adoración y la lectura de la Biblia, permítete ser lleno del Espíritu Santo.
La segunda parte es orar por quienquiera que Él ponga en tu corazón. Pueden ser personas que acabas de conocer, o pueden ser aquellos por los que has estado orando durante muchos años.
Por último, la Biblia dice que hay que orar sin cesar; esta es la tercera parte. Y aunque parece un reto, si lo consideras como una conversación continua entre tú y tu Padre Celestial, orar por las personas y las situaciones que te rodean en cada momento puede ser realmente poderoso.
Desafíate a practicar esto durante una hora, luego unas horas, luego un día entero. Te sorprenderá lo que ocurre.
Soporte bíblico
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Colosenses 4:2
Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido.
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1 Tesalonicenses 5:17
Nunca dejen de orar.
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1 Timoteo 2:1-4
En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos… Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.
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Efesios 6:18
Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.
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1 Juan 5:14
Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada.