Cómo el duelo abrió la puerta para compartir a Jesús
Lis es una apasionada artista visual brasileña y madre. Después de perder a su propia madre, hablamos con ella sobre la importancia de la empatía y cómo Dios puede traer cosas buenas de circunstancias trágicas...
Esta es la historia de Lis
Perdí a mi mamá por cáncer. No mucho después de eso, me encontré en una conversación con una mujer que también tenía cáncer. Todavía estaba afligida por la muerte de mi mamá, pero no quería que ese dolor interfiriera con el impulso del Espíritu Santo de orar por ella. Tampoco quería que esa mujer se perdiera de todo lo que Dios podría hacer en su vida.
El dilema en ese momento era cómo ser empática con lo que ella estaba pasando y no ser insensible solo porque quería hablar sobre Jesús. Así que hice una pregunta abierta para evaluar su respuesta: “¿Crees en Dios?” Esta fue una gran pregunta porque le dio el poder de dirigir la conversación y me dio la oportunidad de escuchar y entender las cosas desde su perspectiva.
La pregunta abrió una gran conversación. Pude compartir sobre la esperanza tangible que Jesús había dado a mi mamá y a mi familia hacia el final de su vida y al final pude orar por ella!
Sabemos que en todas las cosas Dios obra para el bien de aquellos que lo aman.
Romanos 8:28
Esta experiencia me recordó lo importante que es reflexionar sobre tus experiencias pasadas, malas y buenas, porque Dios puede y usa ambas.
Cuando recuerdas lo que Dios ha hecho, estarás preparado para compartir cuando la oportunidad llegue.
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