El Poder De Una Pregunta Simple
Laura es el tipo de persona que deseas tener como amiga. Siempre viendo el lado positivo de la vida y siempre verificando si estás bien. Ella compartió una situación donde hizo justo eso con un colega de trabajo...
“Una amiga mía en el trabajo parecía realmente molesta, así que me acerqué a ella y simplemente le pregunté: ‘¿Estás bien?’
Me miró y sus ojos parecían un poco rojos como si hubiera estado llorando, así que decidí darle un abrazo, lo cual fue bastante audaz de mi parte, especialmente estando en un entorno laboral. El abrazo la llevó a compartir algo por lo que estaba pasando, lo que luego llevó a una conversación útil sobre Jesús.
Ella se abrió sobre un aborto espontáneo por el que había pasado recientemente, y en realidad fui capaz de simpatizar con ella porque he pasado por algo similar yo misma. Luego me hizo una pregunta interesante, ‘¿Cómo desaparece la pena del corazón?’ Pude ser realmente honesta con ella y dije que el dolor no necesariamente desaparece, pero que mi relación con Jesús ha sido una forma que he encontrado que realmente me ha ayudado.
Realizar una autorreflexión para entender tus propias experiencias (incluso si no las compartes directamente) es una gran manera de construir empatía por los demás. Dar el siguiente paso y ser vulnerable compartiendo es una gran manera de inspirar conversaciones que llevan a hablar sobre Jesús. Simplemente compartir tu historia es poderoso porque nunca sabes lo que ese simple acto de vulnerabilidad puede hacer en la vida de alguien.
Siento que a veces complicamos demasiado las cosas.
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