Cómo compartir a Jesús en un mundo hiperconectado
¿Alguna vez sientes que tu teléfono te controla a ti, y no al revés?
A través de mensajes directos, mensajes de texto y notificaciones de redes sociales, estás conectado con cientos de millones de personas en todo el mundo. Cada notificación de tu teléfono exige tu atención, y cada publicación, comentario y mensaje que envías proviene de un deseo de recibir atención a cambio. Atención instantánea de personas anónimas al otro lado del mundo.
Gracias a internet, nuestra sociedad está hiperconectada. Te guste o no, estamos conectados al centro de comunicación más grande que el hombre haya conocido. Pero las grietas están comenzando a mostrarse.
Estamos saturados de hiperconexión, pero ansiamos una conexión que sea verdadera, genuina y personal.
Los humanos están programados para la conexión genuina. Y es en ese espacio donde Jesús te llama a compartirlo con el mundo.
Después de su muerte y resurrección, Jesús reúne a sus discípulos y los envía, diciendo: "Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén y en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra." Observa la progresión de las instrucciones de Jesús; Jerusalén seguido por Judea y Samaria, y finalmente los confines de la tierra.
Para los discípulos, Jerusalén era la zona inmediata, el centro de su cultura y sociedad. Judea y Samaria eran regiones más allá de lo inmediato, y los confines de la tierra eran... bueno, tan lejos como puedas llegar.
Así que si estás buscando una manera de compartir a Jesús, comienza en TU Jerusalén.
Empieza en tu área inmediata donde ya tienes conexiones personales. Comienza con tus amigos, familia y las personas que ves todos los días. Cultiva una amistad que sea personal y genuina y comparte a Jesús en ese espacio. Podría ser tan simple como iniciar una conversación con tu barista o alguien en la universidad, o en una amistad que ya tienes pero que deseas profundizar.
A medida que crezca tu amistad, encuentra maneras de demostrar el fruto del espíritu. Deja que la paz, el amor y la alegría brillen como una luz en una colina que señala a Jesús. En el contexto de tus relaciones cercanas, sigue la guía del Espíritu Santo y aprovecha las oportunidades para abrir conversaciones sobre Jesús, la iglesia y la fe.
Las personas tienen hambre de una conexión genuina.
Comparte a Jesús limitando tu hiperconexión con el mundo y explora una conexión verdadera y genuina con las personas que ya tienes a tu alrededor.
¿Con quién puedes conectar en una relación genuina hoy?
“Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.”
"Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán mis testigos en Jerusalén, y en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
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